En los sistemas ganaderos pastoriles de la Argentina la base forrajera está constituida por los pastizales naturales, las pasturas cultivadas y los verdeos anuales. En todos ellos, las deficiencias nutricionales limitan el crecimiento de las pasturas, reduciendo la productividad animal y generando procesos de degradación del suelo. Un manejo adecuado de la nutrición permite no solo optimizar la producción de forraje sino también mejorar la calidad del mismo, lo cual afecta la producción de carne, de leche y de lana.

 

Los nutrientes que con mayor frecuencia limitan la producción de las pasturas son el Nitrógeno (N), el Fósforo (P), y en algunos casos el Azufre (S). Para producir una producción de forraje de 1000 kg/ha las plantas requieren aproximadamente 25-30 kg N/ha; 2-3 kg P/ha y 3-4 kg S/ha. Frecuentemente estas cantidades no son suministradas por el suelo en el momento en que las plantas lo necesitan. Entonces estas deficiencias pueden ser atenuadas por la aplicación de fertilizantes (Fuente: Ing. A. Berardo y colaboradores. AAPRESID – Revista Planteos Ganaderos 2012). En la actualidad, la tecnología de uso de fertilizantes avanza hacia su uso racional tratando de lograr los mayores beneficios productivos minimizando el impacto ambiental.

En este sentido, en el mercado local existen fertilizantes nitrogenados (como eNeTOTAL) que se ofrecen como alternativas a la fuente tradicionalmente utilizada de N (Urea). El eNeTOTAL incluye inhibidor de la ureasa que disminuye las pérdidas de N por volatilización, en aquellos momentos en los que las condiciones ambientales resulten predisponentes. De esta manera se lograría un uso más eficiente del N aplicado.

Hablar de las mejores prácticas de manejo (MPM) para la fertilización de los recursos forrajeros implica:

· Aplicar los nutrientes en dosis adecuadas (según demandas del cultivo y disponibilidad en el suelo (análisis de suelo).

· Tener en cuenta el nutriente para aplicar en los momentos adecuados. Considerar el fraccionamiento de dosis de las fuentes nitrogenadas para una mejor eficiencia de uso del N;

· Utilizar las fuentes adecuadas teniendo en cuenta la forma de aplicación de las mismas (superficial o incorporada) y la época del año (condiciones climáticas: temperatura y humedad).

MEJORES PRACTICAS DE MANEJO DEL N

El manejo del Nitrógeno (N) en agro-ecosistemas es un aspecto central para asegurar la sustentabilidad productiva y ambiental. Las formas de N inorgánicas (NH4+ y NO3-) disminuyen su disponibilidad durante la época fría del año (Echeverría y Bergonzi, 1995), cuando las temperaturas disminuyen por debajo de los 12°C. Dado que las plantas aumentan sus requerimientos de N con temperaturas cercanas los 10°C a la salida del invierno se generan desbalances entre la oferta y la demanda de N, y su deficiencia restringe la producción de los recursos forrajeros. Asimismo, desbalances entre la oferta y demanda del N para las plantas forrajeras pueden ocurrir en otoño, cuando las especies forrajeras tienen altas demandas nutricionales y ciertos ambientes no están en condiciones de aportar suficiente N. Para lograr los techos productivos en esas situaciones es necesario recurrir a la aplicación de N. Ha sido demostrado que la fertilización nitrogenada tanto a la salida del invierno como a fin del verano permitiría atenuar estas deficiencias (Mazzanti et al., 1997; Marino et al., 2004; Barbieri et al., 2006; Agnusdei et al., 2010).

Por tratarse de un nutriente móvil, el N aplicado como fertilizante es altamente susceptible a pérdidas (como volatilización, desnitrificación o lixiviación). En el caso de las pérdidas por volatilización del N aplicado, su magnitud estará relacionada principalmente con las condiciones climáticas, las características del suelo y la formulación del fertilizante aplicado. A modo de ejemplo, en pasturas implantadas en suelos bajos ganaderos del sudeste bonaerense cuando las condiciones climáticas fueron predisponentes se registraron pérdidas de hasta más del 30 % del N aplicado a inicio del otoño bajo la forma de Urea (Barbieri et al., 2006).

Para evaluar el impacto de la aplicación a fin del verano de dos fuentes de Nitrógeno sobre la acumulación otoño-inverno-primaveral de forraje durante la Campaña 2011/12 se llevaron a cabo ensayos de fertilización nitrogenada en dos ambientes contrastantes: un verdeo invernal (avena) implantado en un suelo agrícola y una pastura de agropiro implantada en suelos de aptitud ganadera del sudeste bonaerense.

MATERIALES Y METODOS

Los ensayos se establecieron en marzo de 2011 en la EEA INTA Balcarce en dos ambientes contrastantes, uno en un cultivo de avena implantado en suelo de aptitud agrícola y el otro en una pastura de agropiro establecida en un suelo de aptitud ganadera con severas restricciones para el crecimiento de las plantas.

La fertilización nitrogenada se realizó el 28/02 y 30/03 para los experimentos de agropiro y de avena, respectivamente, las condiciones climáticas fueron predisponentes para el proceso de volatilización N-NH3. En ninguno de los dos experimentos se registraron precipitaciones significativas en los cinco días posteriores a la fertilización nitrogenada.

En ambos experimentos se utilizó un diseño experimental en bloques con parcelas aleatorizadas, donde cada unidad experimental midió 1,5 metros de ancho por 5 metros de largo.

Al inicio de cada período de evaluación (28 de febrero para agropiro y 30 de marzo para avena) se aplicaron 20 kg/ha de P (para evitar su deficiencia). Inmediatamente después se aplicaron los tratamientos de N que fueron: 0 (0N), 75 y 150 kg/ha de N bajo la forma de Urea (46-0-0) y eNeTOTAL (46-0-0 con inhibidor de ureasa).

RESULTADOS Y DISCUSION

En ambos experimentos la acumulación de forraje cuantificada para los tratamientos con P y 0N fue significativamente inferior a las establecidas para los tratamientos con fertilización P+N. Los tratamientos con agregado de N acumularon entre un 24 y 60 % más forraje en comparación con el tratamiento sin N. Diferencias entre las dosis de 75 y 150 kg N/ha fueron significativas para el crecimiento invernal e inverno-primaveral tanto en avena como en agropiro (Tabla 1, Foto 2 a y b).

El efecto de la fuente de N aplicada sobre la acumulación de forraje fue significativo sólo para el crecimiento primaveral del cultivo de avena, donde el promedio de los tratamientos de eNeTOTAL manifestó una acumulación de forraje superior a los tratamientos con Urea (entre 150 y 400 kg MS/ha superior). Tabla 1.

Tabla 1: Acumulación estacional de forraje (kg MS/ha) en los experimentos de avena y de agropiro para las fuentes nitrogenadas y las dosis de N evaluadas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A pesar que en los experimentos evaluados se registraron restricciones hídricas para el crecimiento de las pasturas (principalmente en el ensayo de agropiro), cuando se considera la acumulación de forraje total (período otoño-inverno-primaveral) pudieron establecerse respuestas a la aplicación de 75 y 150 kg N/ha del orden de 34 y 23 kg MS/kg N en avena y de 17 y 18 kg MS/kg N en agropiro (Tabla 2). Estas respuestas son coincidentes a las cuantificadas en trabajos locales para fertilizaciones invernales en verdeos invernales (Mazzanti et al., 1997; Marino et al., 2004) y otoñales en agropiro por Barbieri et al (2006) y Alonso et al. (2000).

Foto 2: Estado de las parcelas al momento de realizar las cosechas de forraje en los experimentos de Agropiro (a) y de Avena (b).

Tabla 2: Acumulación total de forraje (kg MS/ha.) en los experimentos de avena y de agropiro y respuesta aparente (kg MS/kg N aplicado) para las dosis de N evaluadas.

 

 

 

 

 

 

 

– En ambientes (suelo y clima) que favorecerían las pérdidas por volatilización de N es necesario elaborar estrategias de fertilización que permitan lograr mayor impacto productivo minimizando el impacto ambiental. Esto implica que es necesario considerar las condiciones edafo-climáticas en el momento de la aplicación así como también la fuente de N aplicada.

– La producción de forraje de avena y agropiro correspondiente a tratamientos que crecieron en condiciones de P y N no limitante representaron un 42 % (avena) y un 61 % (agropiro) superior a la acumulación obtenida para los tratamientos sin N, independientemente de la fuente nitrogenada utilizada.

CONSIDERACIONES FINALES

· La fertilización junto con un manejo adecuado (selección de especies, labranzas, manejo de plagas y enfermedades, etc.), es una herramienta imprescindible para aprovechar el potencial productivo de los verdeos invernales.

· La determinación o decisión de llevar adelante la fertilización, quedara sujeta principalmente a la relación que exista entre el insumo y el producto.

Profertil Recomienda:

· Consultar a su asesor de confianza;

· Evaluar el uso de mezclas a medida que faciliten la incorporación del P y el S necesario para la implantación de pasturas puras o polifíticas o Verdeos (Proterra AR);

· En macollaje, complementar con el N que el cultivo necesita para completar su desarrollo (Urea / eNeTOTAL);

· Mayor información. www.profertilnutrientes.com.ar

Realización:

Ing. Agr. Mirta Toribio. Coordinadora de Investigación y Desarrollo – Profertil S.A..