La nutrición del cultivo del maíz es un tema sumamente importante para lograr buenos índices productivos. Aquí se repasan los conceptos a tener en cuenta desde la planificación.
En un contexto de producción agropecuaria cada vez más demandante, diagnosticar correctamente el estado nutricional de los cultivos es condición necesaria para mejorar la eficiencia de utilización de los recursos e insumos involucrados en el sistema productivo. Así, el concepto central del Manejo Responsable de Nutrientes es realizar, para cada situación específica, un diagnóstico nutricional que permita la aplicación de la “fuente” correcta de nutrientes, en la “dosis” correcta, en el “momento” correcto, y en la “forma” correcta. Estos cuatro “requisitos” (4Rs) son necesarios para un manejo responsable de la nutrición, que contribuya de manera sostenible a la productividad de los cultivos y los sistemas.
Existen principios científicos específicos que guían el desarrollo de las prácticas que determinan fuente, dosis, momento y forma correctos. Algunos ejemplos de los principios y prácticas que se debieran considerar para el manejo nutricional del maíz se muestran en la Tabla 1. En términos generales, los principios son comunes a todos los sistemas, pero la forma en que se ponen en práctica a nivel local varía en función de las condiciones específicas de suelo, cultivo, climáticas, económicas y sociales. Los productores y los asesores deberían procurar que las prácticas que seleccionan y aplican, estén de acuerdo con estos principios.
El diagnóstico
El suelo es la principal fuente de nutrientes para las plantas y su oferta se estima usualmente a través del análisis de suelos de las formas “disponibles” o “extractables” de los nutrientes. La cantidad de nutriente que se extrae químicamente en un análisis, es solo una proporción de la cantidad total de nutriente en el suelo, y la cantidad extraída tampoco es igual a la cantidad de nutriente absorbida por el cultivo pero mantiene una relación con ella y con el rendimiento del cultivo. Por lo tanto, el análisis del suelo representa un “índice de disponibilidad” de nutrientes para el cultivo.
El análisis de suelos constituye una de las mejores prácticas de manejo (MPM) para el uso de fertilizantes, y continúa siendo el enfoque más utilizado a nivel mundial, pero otras metodologías o enfoques tales como nuevos indicadores de suelo, muestreos geo-referenciados, análisis de planta, conocer los requerimientos de nutrientes, utilizar sensores remotos y modelos de simulación, aportan alternativas complementarias y/o superadoras para mejorar los diagnósticos de fertilidad.
Como se menciona líneas arriba, estimar la demanda de nutrientes del cultivo puede ser un primer paso hacia un buen diagnóstico. A modo orientativo, los requerimientos nutricionales pueden estimarse a partir de información como la que se muestra en la Tabla 2. Sin embargo, es recomendable contar con información propia ya que los valores pueden variar en función de las condiciones de cultivo.